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El fenomeno Baader-Meinhof y la búsqueda de sentido

¿Recientemente habló con alguien sobre un tema nuevo para usted y ahora lo ve por todas partes? No se preocupe, es un mecanismo psicológico conocido como ‘ilusión de frecuencia’. ¿Alguna vez compró una camisa nueva y, de repente, notó que mucha gente la lleva igual? ¿O aprendió una palabra y comenzó a escucharla a menudo? ¿Alguna amiga le dijo que esperaba un hijo y luego veía mujeres embarazadas por todas partes? Si es así, enhorabuena, simplemente es usted humano y ha experimentado la ‘ilusión de frecuencia’, también conocida como el fenómeno Baader-Meinhof.

¿Qué es la ilusión de frecuencia?.

Baader-Meinhof

Se trata de un sesgo cognitivo por el que nos volvemos más conscientes de algo tras conocerlo por primera vez, lo que nos hace pensar que sucede con más frecuencia de la que realmente tiene. Arnold Zwicky, profesor de Lingüística en la Universidad de Stanford, acuñó el término “ilusión de frecuencia” para denominar este fenómeno en 2005.

Por ejemplo, cuando alguien lee por primera vez sobre el efecto Baader-Meinhof, puede comenzar a encontrar referencias al mismo por todas partes y pensar que el fenómeno es más común de lo que es en realidad. O mañana, cuando se encuentre con otro artículo sobre el efecto Baader-Meinhof, ¡podría pensar que está en todas partes!

¿Por qué sucede?.

“Estamos entrenados evolutivamente para buscar explicaciones”, afirma David Hand, profesor de Matemáticas del Imperial College de Londres, en entrevista con DW. Esto puede resultar útil para el aprendizaje, pero también tiene sus inconvenientes.

El sesgo de frecuencia ocurre porque nuestro cerebro busca conexiones para encontrar patrones y explicaciones, lo que nos lleva a sacar conclusiones precipitadas, según explica el psicólogo Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía en 2002, en su libro ‘Thinking, Fast and Slow’.

Además, nos suelen gustar las conclusiones a las que nuestra mente llegan precipitadamente porque activan el centro de recompensas del cerebro. Tener razón simplemente sienta bien. Pero tendemos a tener demasiada confianza en lo que decimos, incluso si sabemos muy poco sobre el asunto. Es decir, que la confianza no es una medida de lo correcto que es lo que decimos.

La ilusión de frecuencia afecta la forma en que valoramos los riesgos. Por ejemplo, en un experimento, la mayoría de estadounidenses consideraron que los tornados son más mortales que el asma, aunque esta causa veinte veces más muertes.

Dos procesos mentales subyacentes.

La ilusión de frecuencia es el resultado de dos procesos psicológicos. Por un lado, está la atención selectiva, que nos hace centrarnos más en lo que actualmente es importante para nosotros y pasar por alto más fácilmente el resto. Es clave para el aprendizaje y la memoria: sin ella, no lograríamos concentrarnos en algo.

La historia detrás del fenómeno Baader-Meinhof.

El efecto de ilusión de frecuencia es conocido también como el fenómeno de Baader-Meinhof, aparentemente debido a una discusión en un foro en línea. En 1994, un usuario publicó un comentario en el sitio web del periódico St. Paul Pioneer Press acerca de la Facción del Ejército Rojo (RAF), un grupo terrorista activo en la Alemania Federal de los años setenta.

Poco después, muchas otras personas comenzaron a compartir noticias sobre el grupo, también conocido como la “banda Baader-Meinhof”, lo que llevó a que el fenómeno fuera llamado de esa manera, para bien o para mal.

Baader-Meinhof

Atajos cognitivos.

Según un artículo conjunto de Kahneman y Amos Tversky de 1974 en la revista Science, el efecto de ilusión de frecuencia es un tipo de atajo cognitivo que nos ayuda a tomar decisiones o realizar tareas más rápidamente y con menos esfuerzo. Es muy útil porque a menudo no disponemos de toda la información necesaria o del tiempo suficiente para analizarla exhaustivamente.

El problema es, sin embargo -según explica en una entrevista el director de la empresa de ciencias aplicadas al comportamiento The Decision Lab, Sekoul Krastev- que “debido a que los atajos cognitivos son imperfectos para resolver problemas, a veces nos llevan a cometer errores”.

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